COMO sacamos semillas de
TOMATE de forma fácil y práctica.
Lo vamos a hacer usando el método de la fermentación. Pero sigue leyendo y te contamos en detalle cómo lo hacemos en
Huertoesvida.
Este proceso lo vamos a dividir en 4 pasos. De esta manera podemos explicarlo con más detalle.
Los 4 pasos son:
1 Selección de los tomates2 Extracción de las semillas3 Limpieza de las semillas4 Conservación de las semillasTambién puedes ver los videos en instagram o el video completo en youtube, cuyo enlace te dejamos a continuación:
Normalmente se cogen ejemplares de las primeras floradas de la planta, cuando tiene todo su vigor. Aunque también es posible hacia el final de la campaña, siempre que las plantas estén verdes y sanas.
Además es importante que los tomates estén bien maduros y que por supuesto hayan madurado en la planta.
Sobre todo atendemos al aspecto exterior, inicialmente. Tamaño, color, peso... y después a los aspectos organolépticos, o sea, aroma y sabor. Muy importante es la textura, grosor de la carcasa y dureza de la piel.
Una vez elegidos nuestros ejemplares para sacarles la semilla, pasaremos al paso 2, la Extracción de las semillas.
Cortamos los tomates de manera trasversal, para cortar los alveolos en los que se alojan las semillas. Posteriormente, sobre un recipiente, apretaremos despacio el medio tomate, hasta que veamos que hemos sacado todas las semillas. Nos ayudaremos de alguna herramienta como un cuchillo para sacarlas todas.
Cuando ya tengamos todos los tomates "exprimidos", en el recipiente nos quedarán las semillas con la gelatina que las recubre y parte de la pulpa.
Es importante que si sacamos semillas de diferentes variedades, tengamos todo bien limpio y sin restos de ninguna semilla cuando cambiemos de variedad, ya que una sola semilla de otra varriedad que metamos mezclada, hará que luego se polinicen las flores de forma cruzada y perdamos la variedad que queremos conservar.
Para realizar la limpieza posterior, vamos a usar la técnica de fermentación. Tapamos el recipiente donde tenemos las semillas y todo lo que haya caído con un film o cualquier otra tapa que impida el paso de algunos insectos, como las moscas o mosquitos.
Es importante etiquetar los recipientes con la variedad que contiene, sobre todo si sacamos semillas de más de una variedad. Nosotros ponemos un código en la etiqueta aparte del nombre, como la fecha en la que extraemos la semilla y la calidad o categoría que le damos a ese tomate. Podemos separarlos en estas categorías, como "tomate grande" o "muy bonito" o "primera florada", etc.
Y lo dejaremos así durante 24 horas, en un lugar en el interior, oscuro pero a temperatura ambiente, para que se realice el proceso de fermentación.
Paso 3, la limpieza de las semillas.
Destapamos el recipiente donde tenemos las semillas, mezcladas con la pulpa y podremos ver que se ha formado incluso un poco de moho. Lo que haremos es separar la semilla del resto de materiales mediante decantación.
Lo que hacemos es echar agua al recipiente. Podemos ver que la mayoría de las semillas se van al fondo y el resto de materiales flotan en el agua. Y despacito iremos volcando el contenido de este recipiente en otro que será en el quedarán los deshechos que no queremos. En esto hay que ir despacio y vemos cómo va cayendo la pulpa poco a poco, mientras las semillas quedan en el fondo.
Este proceso lo repetimos varias veces, echando agua cada vez, hasta que veamos que sólo quedan las semillas en el recipiente.
Al final, echamos un poquito más de agua y vertemos todo sobre un colador. De esta forma nos quedan las semillas limpias de cualquier otro material, como pulpa o la propia gelatina que rodea la semilla.
Pondremos las semillas sobre un trocito de malla mosquitera, donde las extendemos y doblando la malla, hacemos una especie de sobre cerrado. Nosotros la usamos porque va muy bien para este proceso, pero se puede usar cualquier otro sistema para secar las semillas. La malla mosquitera permite que pase el aire entre las semillas y una vez secas no se quedarán pegadas ni dejará residuos como ocurre con el papel, por ejemplo.
Etiquetaremos cada "sobre" de malla para tener claro qué variedad contiene, como hicimos con los recipientes de fermentación.
Dejamos secar las semillas en un lugar ventilado y protegido del sol, a temperatura ambiente, las semillas, durante al menos otras 24 horas. Hay que asegurarse que están bien secas antes de pasar al siguiente paso.
El último paso, el 4, que es la conservación.
Abrimos la malla mosquitera donde tenemos nuestras semillas bien secas, pero vemos que algunas se han quedado pegadas entre si. Para separarlas y que queden sueltas vamos a usar un "truquito" Huertoesvida, que consiste en meter cuatro o cinco piedrecitas redondeadas dentro de la malla con las semillas. Hacemos una especie de saquito y frotamos con las manos de forma que las piedrecitas hacen que las semillas se separen.
Cuando abrimos el saquito tenemos las semillas perfectamente limpias, secas y sueltas.
Además sabemos que al ser las que han quedado en el fondo del agua cuando las lavamos, son que tienen un mayor poder de germinación, con lo que también hemos hecho una selección.
Para conservar las semillas mejor, nosotros usamos siempre bolsitas de papel, ya que mantiene la oscuridad que necesitan y permite la transpiración, ya que las semillas siguen vivas y evitamos la posible condensación de humedad por cambios de temperatura. De esta forma las semillas mantienen su poder germinativo durante varios años.
Por supuesto ponemos una etiqueta en el sobre con la variedad, la fecha y todos los datos que podáis considerar necesarios. Esto nos ayudará dentro de un tiempo cuando queramos utilizarlas.
Ánimo y adelante con el proceso. Hacer vuestras propias semillas es algo importante y satisfactorio a la hora de tener vuestras propias cosechas de verduras y hortalizas.
