Como cualquier planta, en primavera va a florecer el calsot. Cuando ocurre esto, la planta se espiga y saca las flores, unas flores redondas muy bonitas. Entonces ya no están para comer como se hace tradicionalmente a la brasa, porque la parte interior se queda muy dura. Pero nosotros llevamos años aprovechando el corazón.
Primero vamos a arrancar una planta. Utilizamos una pala plana llamada esquiparte. La clavamos y hacemos palanca, arrancando la mata completa del calsot. Por supuesto, la raíz es bastante profunda.
Veamos ahora ¿qué es el corazón del calsot?. Empezamos por limpiar la mata, quitándole la raíz con la tierra y soltamos los calsots. Cogemos uno de ellos y con un cuchillo pequeño, se hace una hendidura con la punta desde donde salen las últimas hojas hasta la raíz. Y se saca la parte interior. El resto lo desechamos. El corazón tiene una parte dura que no se come. Para separarlo se curva el corazón y por donde parte, separamos la parte dura (que está en la zona superior del tallo) de la tierna. Y esto que nos queda es el corazón comestible del calsot. Hervido con agua y aliñado de forma similar al puerro, es muy bueno para comer. Hace años, aquí en Huerto esVida, cuando se nos espigaron los calsots, al labrarlos, vimos que quedaba esta parte tierna, y probamos a hacerlos, y ¡ostras!, qué buenos están.
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